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Homenaje a Beatriz Palacios en el Patiño

15.04.07

Fuente: Los tiempos

El Centro pedagógico y cultural Simón I. Patiño organiza un evento singular, Jornadas: Mujeres en el cine boliviano, Homenaje a Beatriz Palacios, que se realizará los días 18, 19 y 20 de abril del presente año. El evento contará con la presencia de personalidades destacadas del campo de la cinematografía, video y video arte boliviano, como la directora y cineasta Julia Vargas, María Eugenia Muñoz, la productora y guionista Verónica Córdova, Cecilia Ibáñez, el joven cineasta Rodrigo Bellot, Rodrigo Rada, artista visual y una personalidad de dimensiones míticas: Jorge Sanjinés.

Los invitados especiales presentarán ponencias desde distintas perspectivas y disciplinas – la crítica, los estudios de género, lo biográfico, el arte contemporáneo, etc -, enfocadas a reflexionar acerca del desarrollo y estado del arte del cine boliviano, y poner en evidencia la gran deuda que tiene éste con la vida y obra de las mujeres, como Beatriz Palacios, que trabajaron tanto delante como detrás de cámaras constituye la columna vertebral de la cinematografía nacional.

Una heroína desconocida
Destacada productora, cineasta e investigadora, Beatriz Azurduy Palacios nació en 1952. Desde mediados de los setenta, comenzó a difundir películas en 16 mm producidas por el Grupo Ukamau entre sindicatos obreros, colegios, comunidades campesinas, en función de promover una consciencia crítica sobre la realidad social. En una de las épocas más convulsionadas de la historia boliviana, estas proyecciones de películas eran organizadas durante paros y huelgas, que se transformaban así en eventos de discusión y reflexión. De esta manera, el cine nacional adquiría el carácter de instrumento de autoconocimiento, cambio e involucramiento social, entrando en contraste con las grandes producciones de Hollywood enfocadas en el entretenimiento escapista.

Si bien le interesó manejar la cámara por ella misma, y recibía clases de su compañero de vida, el cineasta Jorge Sanjinés, fue justamente al retornar de una proyección en el campo que tuvo un accidente que le ocasionó problemas en la vista, hecho que le impidió continuar filmando, aunque continuó con su trabajo de difusión cinematográfica en las comunidades rurales tanto en Bolivia como en Ecuador. Rememorando esto, el poeta y cineasta ecuatoriano Ulises Estrella afirma que en ese entonces “Faltaban imágenes visuales de la historia pasada y reciente, sin embargo la divulgación de películas latinoamericanas (& )fue un incentivo que nos llevaba a identificar referentes para el análisis.” (Memoria Incandescente, Ulises Estrella, 2003).

Este objetivo movilizador me dio la oportunidad de conocer a Beatriz y Jorge y ser testigo de la coherencia e inseparable vínculo entre cine-vida-obra que caracteriza sus vidas y que es un ejemplo difícilmente igualable en el contexto de la cinematografía latinoamericana y mundial.

A través de su trabajo constante y compromiso social, Beatriz Palacios se convirtió en “una de las promotoras más inteligentes del cine boliviano, y del latinoamericano en general, entre las comunidades obreras, campesinas e indígenas”, colaborando directamente en distintos aspectos de la investigación, producción, el guión y el montaje de las películas de Jorge Sanjinés, como ser ¡Lloksi Kaymanta¡ (¡Fuera de aquí!), Banderas del amanecer, La nación clandestina, Para recibir el canto de los pájaros, Los hijos del último jardín.

Si bien su gran energía la llevó a comprometerse en distintas organizaciones, como Miembro del Consejo Directivo de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, representante de Bolivia ante la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños e integrante del Comité de Cineastas de América Latina, Fundadora y directora de la Escuela Andina de Cinematografía y Asesora de la Federación de mujeres campesinas de Bolivia. Asimismo, Beatriz recibió en 1999 el reconocimiento de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba por su significativa contribución, durante el XXI Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. Beatriz Palacios falleció en Cuba el 2003, a una semana de terminar el rodaje de Los hijos del último jardín, dejando también inconclusa la filmación propuesta de La Tierra Sin Mal, para la cual escribió el argumento y guión cinematográfico.

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